La sandía es una fruta deliciosa y refrescante que suele disfrutarse en verano. Es conocida por su carne roja y jugosa y algunas por ser sandías sin pepitas.
¿Por qué hay sandías sin pepitas?
En los últimos años, se ha vuelto cada vez más común encontrar sandías sin pepitas en los supermercados y fruterías alrededor del mundo.
La sandía, o Citrullus lanatus, es una planta de la familia de las cucurbitáceas que se cree que tiene su origen en África. La fruta se ha cultivado durante miles de años y ha sido objeto de un mejoramiento genético para producir variedades con características deseables, como un mayor contenido de azúcar, mayor tamaño.
Otras historias cuentan que fue en Asia, específicamente, Japón donde se inventaron las sandías sin pepitas sobre los años 1900.
Si nos remontamos en esa época, podemos entender que no se trata de ningún producto transgénico, sino la unión de distintos tipos de sandías.
¿Cómo hacen las sandías sin semillas?
La sandía sin semillas, también llamada sandía apirena, procede de una semilla triploide (3n).
El problema es que las plantas triploides (3n) no pueden tener descendencia. Ni sus óvulos ni su polen son viables, y sin polen fértil no puede haber polinización ni cuajado de frutos. Por eso, hay que poner sandías diploides (con semillas), que actúen como polinizadores. Con este polen fértil conseguimos “engañar” a la sandía triploide (sin semillas) para que fructifique y produzca nuestra cosecha.
Los frutos con semilla triploide se consiguen al cruzar flores femeninas de plantas tetraploides (4n) con flores masculinas de plantas diploides (2n). Las plantas tetraploides se consiguen por duplicación cromosómica de plantas normales (diploides,2n), sobre las que se utilizan diferentes productos que producen el paso de 2 cromosomas de la célula a 4 en la misma.
Las pepitas son las semillas de la planta de sandía y se forman a partir de la polinización de las flores de la planta por parte de abejas u otros polinizadores.
Sin embargo, al hacer un cruce entre una sandía tetraploide, que tiene cuatro cromosomas y una de dos cromosomas, se genera una sandía triploide en donde ya no hay presencia de pepitas: lo que vendría siendo nuestra Sandía Fashion.
Ya ves, así como a lo largo de los siglos nos hemos mezclado entre razas, ¡lo mismo ha pasado con el árbol genealógico de nuestro producto!
Otro dato muy importante, es que a las semillas de las sandías tetraploides se le exponen a una sustancia química llamada “colchicina”. También utilizada en pacientes con problemas de ácido úrico o para cuando aparecen dolores muy fuertes, ha sido parte de la creación de la sandía sin pepitas para duplicar los cromosomas, ya que este tipo de sandías producen solo un 5% de semillas en relación a las diploides.
¿Por qué Sandia Fashion no tiene pepitas?
Una de las razones principales por las que se desarrolló Sandía Fashion sin pepitas, además de todo lo que hemos contado anteriormente, es la comodidad y la conveniencia para el consumidor.
Las pepitas de la sandía son grandes y duras, lo que puede resultar incómodo al comer la fruta, especialmente para aquellos que prefieren una experiencia de consumo sin complicaciones.
Las sandías sin pepitas ofrecen una opción más fácil y limpia para disfrutar de esta deliciosa fruta sin la molestia de tener que lidiar con las semillas.
Además, las sandías sin semillas, como Sandía Fashion son ideales para la industria alimentaria y la producción de alimentos procesados. Al no tener semillas, las sandías sin pepitas se pueden cortar y procesar más fácilmente en productos como zumos, purés, ensaladas de frutas y otros alimentos preparados. Esto facilita la producción a gran escala y mejora la eficiencia en la industria alimentaria.
Es importante destacar que nuestras sandías no son modificadas genéticamente, sino que son el resultado de la selección de plantas que producen frutas sin semillas a través de métodos tradicionales de mejora genética e hibridación.
